Miro el horizonte pensativo, escuchando el infinito que alimenta mi sabiduría.
Entre carcajadas y risas, soy el único que siente el dolor, solo yo percibo la tristeza que nos rodea.
Veo caras que me cuentan historias, almas rotas que no encuentran aposento.
Puedo oír el lamento de sus pensamientos, mientras gozan del disfrute ajeno, mientras envidian sin tener un porqué justo.
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Siempre hay un por que, tal vez no justo como bien decís, pero por que al fin. Empecemos a mirar las caras felices y a cambiar las tristes. =D
ResponderEliminarTodo tiene una razón ni un por qué, lastima que no lo entiende. Y mi corazón tampoco.
ResponderEliminarBesos