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viernes, 28 de octubre de 2011

PENSAMIENTOS DE UN DÍA CUALQUIERA

Huellas que marcan caminos.
Errores que frustran destinos.
Vidas muertas desde el nacimiento.
Almas desoladas y entrelazadas.
Trayectos a medias completando el uno, el único.
Apariencias sociales que rigen clases.
Uniones desunidas, infancias partidas.
Felicidad momentánea y limitada a una época.
Anochece una vez más, esperando un nuevo día del que arrepentirse.
Pensando lo impensable...añorando...
Esperas inesperadas que provocan pérdidas.
Soluciones que no consumen tiempo, que no entretienen.
Golpes comedidos para permitir la continuidad.
Sediento de almas que beber.
Caminando entre despojos.
Respirando como pez fuera del agua.
Dando vueltas en el mismo sitio, desgastándolo.
No consigo entenderlo todo y me quedo en la nada.
Vacío y más vacío e inmóvil en el movimiento.
Ocupando el trono de la imposición y el desespero.
Aquel que nunca duerme.
La impaciencia provocada por la frustración del paso del tiempo.
Pronunciar palabras sin sentido mostrando sentimientos adversos.
Olvidar principios tocados de maldad.
Escuchar el silencio...ensordecer el grito...
Intercambio de placeres destructivos.
Razón, opinión perfecta de alguien imperfecto.
No hay nada más duro que un corazón de piedra.
Personas que no sienten dolor ajeno.
Capaces de dar muerte sin gestualizar.
Aterrorizado del conocimiento de mis puntos débiles.
Aún existen animales salvajes entre nosotros.
Demasiado sensible para esta época.
Corazas de acero que envuelven miedos.
Aprendiendo del mundo, prefiero sumirme en la ignorancia.
La relación entre la necesidad extrema y el aprecio a la vida.
Viviendo en una guerra de apariencia pacífica.
Imágenes clavadas en la mente cual cuchillo afilado.
El único cuerdo de este manicomio.
Como ser impasible ante el dolor, inmune como los vacunados.
Paseando entre flores y caníbales.
Preparando el cuerpo sin resultado en la mente.
Libre en mi cárcel, preocupándome por los que tengo fuera.
La razón de mis miedos.
Libertad restringida.
Añorando la utopía.
Quiero un bosque frondoso, prohibido e imperceptible al extraño.
Esperar a morir para rodearme de seres queridos.
No hay vida suficiente para reconstruir este deterioro.
Basando mi tiempo en su propia pérdida.
Feliz en la soledad de mi espacio, te espero.
Disfrutando de tu voz en la lejanía.
Poder olerte con un recuerdo.
Con la cabeza colapsada, borrando lo que se deja.
Aun no han salido alas en mis pies, mientras todos flotan.
Me cuesta llegar allá donde no he establecido ruta.
Bajo la continua amenaza que me genera la vida.
Como seres dañinos, destrozando por placer.
Llevo mil amaneceres en mi haber.
Mientras muere la paciencia del educado.
Todo es más fácil visto desde las alturas.
Todo pasa bajo mi ventana y el resto no existe.
Extraña ver el amor longevo en la sociedad actual.
Caras impasibles, implacables...
Asomando sus cabezas como avispas en el avispero.
Deseosas de hincar el aguijón a su presa.
Sólo me llega el hedor de sus cuerpos quemados.
La ingenuidad de los pasitos pequeños.
Tocando las cuerdas de la guitarra que intenta alegrar su oído.
Rejas que gritan inseguridad.
Encontrar el respeto que se ha perdido, que se ha abandonado.
Empujando con odio generaciones que aprenden odio.
Vejez desnutrida de apariencia elegante.
El escándalo de una juventud afectada.
Amigos desconocidos que se cruzan en puntos ciegos.
Acechando tras las esquinas de corazones heridos.
Pequeños ápices de falsa naturaleza.