Mancebo de la fascinación del dorado y del beneficio propio.
Potro de mala yegua de cría.
Acaparador de haberes y enseres.
Vendedor de amistad para el regocijo de tus arcas.
Enriquecedor de manos y bolsillos apartando el espacio que ocupa el alma.
Ahogado por hilos de oro y clavado con agujas de plata.
Maldito el día en que naciste pues ya te apropiaste de parte de vida.
sábado, 20 de marzo de 2010
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El egoismo, la ambición malmedida y la mentira, tres de los demonios del alma...Escueto a la vez que profundo, hermano.
ResponderEliminarEl egoísmo es el Don de aquellos que ambicionan y a la vez olvidan.
ResponderEliminarLa facultad de ansiar en su grado máximo lo que ya se tiene.
Ver más dónde ya hay.
Es el inconformismo material en su estado puro.
El malgasto de vida.
Es una maldición de asignación propia.
Una espiral sinuosa de difícil salida y final tortuoso, imposible y nunca deseado.
Muchas gracias Salva por tu comentario.