Habita mi templo dios de los sueños irreales.
Fuente de deshechos del ser.
Ubica mi trance lejano a esta tierra perenne de grotescos sedimentos.
Hazme recorrer las entrañas del viento, cambiar de ritmo en el ascenso.
Oler a fragancias olvidadas por el paso del tiempo.
Disfrutar de la compañía de los que nos abandonaron.
Poder ver luz durante las tormentas.
Seguir las pautas que rige el faro evitando el acantilado.
Las frías aguas de este océano serán cálidas en mi propósito.
Quiero volver a ver sin ser visto.
viernes, 9 de abril de 2010
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